La empresa Form Energy empleará una nueva tecnología de baterías de hierro-aire que es fácil de construir, mantener y reciclar al final de su vida útil.
La compañía Form Energy, ubicada en Somerville, Massachusetts, planea transformar una antigua fábrica de papel en Lincoln, Maine, en el sitio de instalación de la batería más grande del mundo, capaz de suministrar 85 MW a la red eléctrica. Si bien otras soluciones de almacenamiento de energía, como las plantas hidroeléctricas de bombeo, tienen capacidades mucho mayores, este será el primer proyecto a gran escala en utilizar exclusivamente tecnología de baterías, según Interesting Engineering el 16 de agosto.
A medida que el mundo avanza hacia el uso de energías limpias, con parques eólicos y plantas solares cada vez más comunes, la necesidad de soluciones de almacenamiento de energía renovable a gran escala se vuelve crucial. Aunque la energía hidroeléctrica de bombeo puede proporcionar una gran capacidad, su construcción es compleja y no es viable en todos los lugares.
Las baterías de iones de litio son actualmente la única solución de almacenamiento de energía flexible disponible, pero su costo es elevado, tienen limitaciones de duración y conllevan riesgos, especialmente en áreas con altas temperaturas. Form Energy ha desarrollado una alternativa con su batería de hierro-aire, que cuesta solo una décima parte de una batería de iones de litio, puede proporcionar energía durante 100 horas, no se incendia y es más fácil de reciclar.
Las baterías de hierro-aire utilizan materiales simples: hierro, agua y aire. Funcionan aprovechando el proceso de oxidación, con un electrolito a base de agua que no es inflamable. Al descargarse, la batería usa oxígeno del aire para transformar el hierro metálico en óxido de hierro, comúnmente conocido como óxido. Durante la carga, el óxido de hierro se convierte nuevamente en hierro, liberando oxígeno en el proceso.
Un módulo de batería de hierro-aire es del tamaño aproximado de una lavadora-secadora. Cada módulo contiene alrededor de 50 celdas, cada una de cerca de un metro de altura, sumergidas en el electrolito. Luego, varios módulos se apilan en una estructura protectora, formando un sistema eléctrico a nivel megavatio. Form Energy planea utilizar estos módulos para almacenar 85 MW de electricidad durante 100 horas, lo que lo convertirá en la batería más grande del mundo.
Hasta la fecha, Form Energy ha completado proyectos que incluyen baterías de unos pocos MW, construidas principalmente para empresas eléctricas. En Lincoln, Maine, la compañía está trabajando en un proyecto independiente. Además de establecer un récord, este proyecto abordará la escasez energética que enfrentan los estados de la región. La zona depende en gran medida del gas natural licuado para satisfacer la creciente demanda de electricidad, ya que las estrictas regulaciones ambientales han impedido la construcción de nuevos gasoductos.
La batería de Form Energy almacenará energía renovable proveniente de parques eólicos y solares, ayudando a equilibrar la red eléctrica cuando la producción sea baja. El Departamento de Energía de los EE. UU. (DOE) ha otorgado 147 millones de dólares para la construcción de este proyecto, y se espera que la batería esté operativa para el año 2028.