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La razón por la que el yen sigue siendo un activo seguro a pesar de su debilidad – Lavida Hispana

La razón por la que el yen sigue siendo un activo seguro a pesar de su debilidad

Este año, la moneda japonesa, el yen, ha experimentado una serie de fluctuaciones significativas, incluso debilitándose, pero los analistas sostienen que sigue siendo un activo seguro.

El 29 de abril, el yen japonés alcanzó su nivel más bajo en 34 años frente al dólar estadounidense, situándose en 160 JPY por USD, aunque posteriormente se recuperó gracias a la intervención de las autoridades.

A principios de julio, esta moneda volvió a tocar fondo, marcando su valor más bajo en 38 años frente al dólar, con 161,9 JPY por USD. Esta situación llevó a las autoridades a desembolsar decenas de miles de millones de dólares para intervenir por segunda vez en lo que va del año.

Después de que el Banco de Japón (BOJ) decidió aumentar las tasas de interés a finales del mes pasado, tanto el mercado bursátil como la moneda japonesa registraron grandes fluctuaciones. El índice Nikkei 225 sufrió su mayor caída desde 1987 durante la sesión del 2 de agosto, mientras que el yen japonés repuntó considerablemente, alcanzando los 142 JPY por USD.

El yen es conocido por su capacidad de proteger a los inversores durante períodos de inestabilidad económica y política. Por ello, las frecuentes fluctuaciones de esta moneda a lo largo del año han generado preguntas sobre si todavía puede considerarse un activo seguro.

En CNBC, los analistas han afirmado que la posición del yen no ha cambiado, principalmente porque estas fluctuaciones «son previsibles». «Creemos que todavía es correcto considerar al yen como un activo seguro, ya que Japón es actualmente el mayor acreedor extranjero del mundo. Además, mantienen un superávit en cuenta corriente y una inflación estable», comentó Ryota Abe, economista de Sumitomo Mitsui Banking Corporation. El déficit en cuenta corriente suele debilitar una moneda, mientras que el superávit tiende a aumentar su valor.

Hugh Chung, el Director de Consultoría de Inversiones en la firma de gestión de activos Endowus, destacó que el yen tiende a apreciarse cuando los rendimientos de los bonos y las acciones estadounidenses caen simultáneamente, como se vio durante la crisis financiera de 2008 y la pandemia de 2020.

En contraste, el yen suele debilitarse frente al dólar estadounidense cuando los rendimientos de los bonos en EE.UU. suben, incluso si Wall Street está en declive. Un ejemplo claro fue en 2022, cuando la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) incrementó las tasas de interés para controlar la inflación.

Chung sostiene que la volatilidad del yen este año se debe principalmente a la gran disparidad entre las tasas de interés en Estados Unidos y Japón. Actualmente, las tasas en EE.UU. rondan el 5,25-5,5%, en la Unión Europea están en el 4%, mientras que en Japón se mantienen en apenas un 0,25%.

Durante las últimas décadas, mientras los bancos centrales alrededor del mundo endurecían sus políticas monetarias, Japón ha mantenido una política ultra laxa, convirtiendo al yen en un objetivo ideal para el carry trade (operaciones de intercambio de divisas con fines de lucro). Este tipo de transacción implica pedir prestado en una moneda con baja tasa de interés para venderla y comprar otra con tasas más altas. Las ganancias obtenidas pueden luego ser ahorradas o invertidas.

El carry trade ha contribuido al debilitamiento del yen. Sin embargo, cuando el Banco de Japón (BOJ) aumentó las tasas en julio, los inversionistas se apresuraron a cerrar sus operaciones de carry trade, temiendo que las tasas en Japón siguieran subiendo, lo que llevó a una apreciación del yen. En la actualidad, un dólar equivale a 144,3 yenes.

Chung afirmó que el yen no perderá su sensibilidad a las tasas de interés estadounidenses, y continúa siendo un activo seguro durante los períodos en los que el mercado está preocupado por el crecimiento económico.

Abe, por su parte, explicó que la volatilidad del yen se debe más a factores externos que a cuestiones internas. Según él, el factor que más ha influido en la reciente volatilidad ha sido «la excesiva preocupación» sobre la posibilidad de que EE.UU. entre en recesión, después de que se publicaran datos de desempleo más altos de lo esperado y un crecimiento del empleo menor al previsto.

«Por supuesto, no descarto totalmente el impacto del inesperado aumento de tasas del BOJ en julio. Sin embargo, el aumento fue de solo 15 puntos básicos y la reacción inicial al anuncio del banco fue bastante dividida», comentó Abe. Si la decisión del BOJ hubiera sido el factor principal, la reacción del mercado habría sido mucho más intensa, y el yen habría continuado apreciándose.

La decisión del Banco de Japón fue anunciada el 31 de julio, pero el yen solo mostró grandes movimientos durante las sesiones de trading del 2 y 5 de agosto.

Abe predice que el yen se mantendrá alrededor de los 145 JPY por USD este año. Si el yen continúa apreciándose dependerá de la velocidad con la que la Fed reduzca sus tasas de interés. Para finales del próximo año, el yen podría subir hasta 138 JPY, o incluso 130 JPY por USD. La volatilidad seguirá siendo elevada, influenciada por las decisiones de política monetaria del BOJ. No obstante, Abe no espera que el banco aumente las tasas en el corto plazo.

Por otro lado, Chung cree que la volatilidad del yen ha alcanzado su punto máximo este año, ya que el cierre de las operaciones de carry trade ya ha comenzado, y las acciones del BOJ han dejado de sorprender tanto al mercado.

A pesar de sus diferencias, ambos expertos coinciden en que el futuro del yen dependerá en gran medida de las perspectivas de crecimiento de la economía estadounidense.

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