En un giro inesperado para la campaña presidencial, el equipo de la vicepresidenta Kamala Harris está sugiriendo una modificación significativa en las reglas de los debates. La intención es que el expresidente Donald Trump revele sus debilidades sin la restricción de los micrófonos, proporcionando un espectáculo político más revelador.
Recordemos el famoso momento de la discusión presidencial de 2020, donde Kamala Harris, visiblemente frustrada, le dijo al entonces vicepresidente Mike Pence: «Señor Vicepresidente, estoy hablando», mientras él intentaba interrumpirla. Este incidente ahora cobra relevancia en el contexto de las próximas elecciones presidenciales.
El 26 de agosto, Brian Fallon, portavoz de la campaña de Harris, solicitó a la cadena ABC que ajustara las normas del próximo debate entre Harris y el expresidente Trump, programado para el 10 de septiembre. Fallon propone que se mantenga el audio de ambos candidatos durante todo el debate, en lugar de silenciar alternativamente el micrófono de uno mientras el otro habla.
La regla de silenciar los micrófonos fue inicialmente promovida por el equipo del presidente Joe Biden en los debates contra Trump en CNN en junio, con el objetivo de evitar que el expresidente interrumpiera a Biden, como sucedió en los debates de 2020.
Sin embargo, el silencio de los micrófonos terminó beneficiando más a Trump. En esos debates, el expresidente se mostró calmado y centrado, mientras Biden revelaba debilidades con tropiezos en el discurso, momentos de confusión y falta de claridad. Donald Trump Jr., el hijo del expresidente, elogió esta estrategia, afirmando que «le ayudaba a mi padre a mantenerse en control y enfocado».
La vicepresidenta Kamala Harris parece estar inclinada a ofrecer al expresidente Donald Trump una plataforma abierta durante el próximo debate, permitiéndole expresarse sin restricciones. La intención es que Trump se muestre ante el público como alguien impulsivo y sin autocontrol.
Stephen Collinson, analista de CNN, sugiere que la campaña de Harris espera que Trump se «autodestruya» al interrumpir continuamente a su oponente o revelar aspectos poco agradables de su personalidad. «Claramente, la estrategia de Harris es permitir que Trump se exhiba en toda su falta de autocontrol», comenta Collinson.
El equipo de Trump está tratando de contrarrestar esta propuesta. Jason Miller, asesor principal del expresidente, afirma que Trump aceptó debatir con Harris en ABC bajo las mismas condiciones que el debate anterior con Biden en CNN. Según Miller, el cambio de estrategia por parte de Harris indica problemas en la preparación de la candidata demócrata.
Trump valora enormemente este debate, ya que lo considera una oportunidad crucial para desacreditar el impulso que Harris ha ganado tras reemplazar a Biden, especialmente después de la convención demócrata en Chicago la semana pasada. Tanto el expresidente como su equipo creen que Harris no está lista para manejar la presión de responder preguntas sobre políticas y mantenerse al ritmo de un oponente tan impredecible como Trump.
«Trump necesita este debate tanto como Harris. Ambos quieren demostrar su capacidad», señala Scott Jennings, analista político y miembro del Partido Republicano en CNN.
Collinson añade que «mantener los micrófonos abiertos durante todo el debate pondrá a prueba la disciplina de Trump en un momento en que los estrategas le aconsejan concentrarse en las políticas y evitar ataques personales, lo que podría beneficiar su campaña».
Además, Harris busca repetir su famosa crítica de hace cuatro años para mostrar fortaleza frente a Trump, ofreciendo una vez más una oportunidad para que el público vea cómo se desenvuelve bajo presión.
Las agresivas críticas de Donald Trump, centradas en el género y la raza de sus oponentes demócratas, podrían provocar una reacción negativa entre los votantes femeninos, las comunidades minoritarias y los electores con altos niveles educativos. Estos grupos de votantes son cruciales en los estados indecisos que jugarán un papel determinante en las elecciones de noviembre.
Si Trump no logra contener sus ataques y se lanza a interrumpir a su rival, el expresidente podría, irónicamente, fortalecer la narrativa que el equipo de Harris ha construido sobre él durante la convención demócrata de la semana pasada.
En su discurso en Chicago, Harris planteó que los votantes enfrentan una elección crucial: seguir el camino del «caos y el desastre» característico de la presidencia de Trump o retornar a los valores fundamentales de Estados Unidos, que incluyen «libertad, oportunidad, empatía, dignidad, justicia y capacidades ilimitadas».
Harris enfatizó que los estadounidenses tienen una oportunidad invaluable para superar la amargura, la desconfianza y las divisiones que han marcado el panorama político actual.
«La vicepresidenta quiere que los estadounidenses vean un Donald Trump sin restricciones, porque eso es lo que obtendremos si él llega a ser presidente nuevamente. Creo que es fundamental en esta elección y en este momento que la gente pueda distinguir claramente entre los dos candidatos en el escenario», declaró Ian Sams, portavoz de la campaña de Harris.
Maria Cardona, comentarista política de CNN, sugiere que podría haber una razón adicional para que Harris prefiera mantener los micrófonos abiertos durante el debate. «Esto le permitiría refutar de inmediato cualquier declaración errónea de Trump», afirmó Cardona.
No obstante, mantener los micrófonos abiertos presenta riesgos para la vicepresidenta. En 2016, Trump constantemente atacó a la candidata demócrata Hillary Clinton y perturbó sus respuestas. Aunque muchos argumentaron que esta táctica no favorecía a Trump, otros creyeron que reflejaba una imagen de fuerza y dominio sobre su oponente. Finalmente, Trump ganó la presidencia a pesar de que muchas encuestas subestimaron sus posibilidades de éxito.