La reciente detención de Pavel Durov, fundador y CEO de la aplicación de mensajería Telegram, en Francia el 24 de agosto, ha desatado una ola de preocupación entre los canales pro-Kremlin sobre la posible filtración de información confidencial, especialmente aquella relacionada con el conflicto en Ucrania.
Desde el estallido del conflicto en Ucrania, Telegram se ha convertido en un canal vital para las redes militares tanto rusas como ucranianas. La plataforma, operando fuera del alcance de las agencias de inteligencia occidentales, ha sido utilizada para transmitir información y, en algunos casos, para coordinarse directamente en el campo de batalla.
Sin embargo, en las últimas 24 horas, varios funcionarios y legisladores rusos han aconsejado a las tropas que dejen de usar Telegram. Los canales militares afines al Kremlin también han emitido advertencias sobre el uso de la aplicación, y algunos usuarios incluso están considerando eliminar sus cuentas.
«Telegram es actualmente una herramienta de comunicación crucial para las fuerzas armadas rusas. A partir de ahora, todo podría estar en riesgo», comentó el blogger militar Alexei Sukonkin. Margarita Simonyan, editora en jefe de la agencia de noticias RT de Rusia, ha instado a los usuarios a borrar todos los mensajes sensibles.
Otros han comenzado a temer las repercusiones concretas de la detención. «El ejército ruso podría quedar vulnerable sin herramientas de comunicación efectivas, especialmente si Durov entrega las claves de Telegram a Occidente, algo que parece solo una cuestión de tiempo», escribió el blogger Roman Alekhine.
«La policía francesa ha detenido al gestor de una herramienta de información vital para las fuerzas rusas. Están despojando al ejército de un recurso esencial», declaró Rybar, un canal de Telegram cercano al Ministerio de Defensa ruso, con más de tres millones de seguidores.
En Telegram ya circulan imágenes de soldados rusos escribiendo la frase «Por Durov» en proyectiles y cohetes utilizados en Ucrania. Algunos canales incluso han comenzado a vender camisetas con el lema #FreeDurov (Liberen a Durov).
El CEO de Telegram, Pavel Durov, fue detenido en el aeropuerto Paris-Le Bourget, en las afueras de la capital francesa, la noche del 24 de agosto, tras llegar desde Azerbaiyán en su jet privado. La detención se llevó a cabo bajo una orden emitida en el marco de una investigación preliminar por parte de la policía francesa. Hasta el momento, París no ha revelado cargos oficiales contra Durov.
Numerosos funcionarios y legisladores rusos han expresado su apoyo al CEO de Telegram, argumentando que su detención por parte de Francia responde a «motivos políticos» orquestados por Occidente.
El 25 de agosto, la embajada rusa en Francia exigió acceso consular a Durov y solicitó a París que explicara las razones de la detención del CEO de Telegram. «Hasta ahora, las autoridades francesas han rechazado cooperar en este asunto», declaró la embajada rusa.
Durov, de 39 años, nació en la ciudad de San Petersburgo, Rusia, y posee las nacionalidades rusa, francesa, emiratí, y de Saint Kitts y Nevis (un país del Caribe). Fundó Telegram en 2013 y estableció su sede en Dubái.
Con más de 900 millones de usuarios, Telegram es reconocido por su cifrado de extremo a extremo (lo que significa que solo las personas involucradas en la conversación pueden leer los mensajes) y su firme compromiso con la protección de la privacidad de sus usuarios. Este enfoque en la seguridad ha convertido a Telegram en la plataforma preferida por aquellos que valoran la privacidad, aunque también la ha hecho atractiva para organizaciones criminales y grupos extremistas.
Antes de ser detenido, Durov afirmó que varios gobiernos habían intentado ejercer presión sobre él, pero reiteró que Telegram seguirá siendo una «plataforma neutral» y no se convertirá en una «herramienta geopolítica».